Si un lector alberga sensaciones, recuerdos resonancias de sus lecturas y también las de otros lectores que acompañaron, ofrecieron sus búsquedas y hallazgos, sus modos de acercase a la literatura, de vincularse con las incertidumbres, las sorpresas...
Si un lector se hace al ritmo de tiempos silenciosos y de diálogos, de lecturas en soledad y en compañía... de un tiempo que involucra su relación con sí mismo y también con muchos otros: autores, amigos, maestros, familiares...
Entonces, ¿Cuándo se es lector? ¿Cuántos años, libros y otros lectores son necesarios para “titularse” de lector?....
Tomás, con sus diez años, muestra la arbitrariedad de cualquier respuesta a esa pregunta y la potencia de la experiencia de la lectura, siempre habitada singularmente pero también, tan tramada con otros. Al escucharlo, se amplía nuestra convicción acerca de que: “leer seguirá siendo esa experiencia a la vez singular y comunitaria, en voz baja y a alta voz, que sigue confesando secretos que de otro modo jamás llegarían a nuestros oídos, a nuestras manos, a nuestros ojos, a nuestra vida”.[1]
[1] Sklair, Carlos “Leer en seis notas”. Fuente: http://planlectura.educ.ar/?p=1202